martes, 9 de octubre de 2007

CUARTA REUNIÓN DEL CLUB DE LECTURA



El drama del asesinato se agrava al comprobarse que se trata de una ejecución a sangre fría. Uno de los refugiados aporta una pista fundamental al identificar por el sonido del motor que el coche implicado era un Citroen "sapo" poco común en la actualidad.
Un expolicia denuncia el robo de su citroen mientras el padre de Wallander tiene una crisis de desorientación.
"No hay nada tan duro como estar obligado a ser padre de nuestros padres", le dice una trabajadora social a Wallander. Aunque no sea el caso no estará de más recordar que hace poco se celebró el día mundial contra el Alzheimer y que podéis encontrar información sobre esa enfermedad en la web.
Tras el interrogatorio del expolicía y fiel a una corazonada se logra resolver con rápidez el asesinato del refugiado somalí.
En el último capítulo de hoy asistimos a una caótica persecución que se desarrolla por la ciudad de Lund una maravillosa ciudad universitaria con estudiantes de múltiples nacionalidades y donde quizás recalen algunos de nuestros hijos.
Por segunda vez Wallander va a tener la impresión de que "había hecho algo imperdonable y peligroso". "Tengo que dejar de beber alcohol, pensó con rabia. No lo controlo."

1 comentario:

Anónimo dijo...

En los tres capítulos de esta semana, podemos ver algunos de los aspectos que te hacen apreciar a Kurt Wallender. Ademas de querido, lo convierten en un personaje verosímil:
Siempre trabaja en equipo, con reuniones a cualquier hora del día o de la noche, con café, pizzas y bocadillos.
No es un héroe: Se emborracha, tiene dificultades en sus relaciones personales, su padre comienza a padecer síntomas de demencia.
Se mueve en un escenario de temperaturas bajo cero, ráfagas de viento helado e inviernos terribles.